viernes, 28 de febrero de 2014

El Sendero de El Ermitaño


“La teth fue una de las cuatro letras que no cambiaron su posición, ya que, al ser la inicial de טוב (tov), bueno, debía necesariamente seguir uniendo las esferas de Jesed, la Misericordia, y Tiferet, la Belleza. Pues, como diría al cabo de los siglos un filósofo español, la Ética va siempre unida a la Estética. En su posición, ocupa uno de los tres lados de la Tríada de la Conciencia Moral, y simboliza por ello una de las cuatro virtudes cardinales, la Prudencia, y en tal condición se asoció al arcano IX, El Ermitaño.”
Séfer Ha Neshamá (Jaime Villarrubia, Carmen Haut, Dulce Mª Millera)



La letra hebrea que corresponde al sendero es la letra ט Thet, la novena letra del alefato hebreo, cuyos significados simbólicos son “bien”, “ombligo”, “serpiente”. El Sefer Yetziráh dice de ella: “El hizo a la letra Thet reinar sobre el oído, y la ciñó una corona, y combinó una con otra, y con ellas formó a Leo en el Universo, el mes de Av en el año y el riñón izquierdo en el alma, masculina y femenina”.


El Arcano IX del Tarot, al que corresponde la letra Thet, nos muestra a un anciano que ayudado por un bastón y sujetando una lámpara en su mano derecha avanza, presumiblemente, en la oscuridad. La luz sugiere el conocimiento necesario para disipar las tinieblas de la ignorancia, tal y como Krishnamurti afirmaba: “Usted tiene que ser su propia luz y no buscar la luz de otros”. Nuestro personaje va bien arropado, su espalda encorvada contiene toda la memoria de su pasado. Hay una similitud en este caminar con el arcano de El Loco, frente a otros arcanos que se muestran estáticos, sentados o de pie. Pero si El Loco parece vagar despreocupado y se dirige hacia el lado derecho de la carta, El Ermitaño avanza con prudente lentitud hacia el lado izquierdo del naipe. Si utilizamos los puntos cardinales como referencia, el lado derecho sería el este, dónde sale el sol, y el izquierdo el oeste, donde se pone y dónde todas las tradiciones han situado el reino de los muertos. El Ermitaño representa así un paso hacia lo desconocido, desde una sabiduría, no libresca, sino basada en la experiencia. Hay una búsqueda, y esta búsqueda se hace en soledad.



El número 9 indica, como último de los números de una sola cifra, el fin de un ciclo y el comienzo de otro. Y este nuevo ciclo es cualitativamente distinto, lo que nos lleva de nuevo a lo desconocido. En el Evangelio se nos dice que Jesús fue crucificado en la hora tercia y murió en la nona. Odín, el “gran chamán”, estuvo colgado del árbol del mundo, Yggdrasil, durante 9 noches. Tras 9 meses lunares de embarazo el feto comienza una nueva vida independiente. Un nuevo comienzo y una gran transformación, una iniciación incluso, se asocian a este número, como bien conocían los 9 caballeros que fundaron la orden del Templo de Salomón, muy probablemente iniciados y sabedores de que la novena sefirá, Yesod, significa “Fundamento”, y de ella parte el sendero XIV, La Templanza, formando el pie del Grial cabalístico cuyo centro es Tiferet.

Las cuatro virtudes cardinales se encuentran representadas en el Arbol de la Vida, por cuatro senderos contigüos que forman una especie de "copa": El sendero XIV, La Templanza, entre Yesod y Tiferet. El sendero VIII, La Justicia entre Jesed y Gevuráh. El sendero XI, La Fuerza (Fortaleza) entre Gevuráh y Tiferet. Y el sendero IX, El Ermitaño, simbolizando la la Prudencia, entre Jesed y Tiferet.

El Ermitaño está buscando algo, pero no es una búsqueda externa, sino que se da en el interior. Su meta no está fuera, sino dentro, y por ello anda a tientas. El entra en su propia cueva, su oscuridad, para encontrar su tesoro. “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”… (Mat: 6:19-21). La soledad y el silencio son requisitos indispensables de aquellos que se retiran del “mundanal ruido” para encontrarse a sí mismos. Desde el más radical de los retiros, que llevaban a cabo los eremitas de antaño, en lugares agrestes y de difícil acceso, hasta los pequeños retiros temporales que muchas personas realizan para practicar la meditación. La asociación de estos eremitas con la naturaleza y el conocimiento de las plantas dá lugar a la capacidad de sanación y a su relación con el médico y el chamán. Y en el caso de este último, se suma además el conocimiento de la noche, de los sueños y de la capacidad de “volar” en el mundo astral.

La receptividad de El Ermitaño le permite acceder a un gran caudal de sabiduría que le convierte a ojos de los demás en un Maestro. La palabra ermitaño –hermite en francés- deriva de Hermes, el Hermes Trismegisto que desarrolló el llamado conocimiento hermético, una de cuyas principales características es el ocultar determinados conocimientos al profano. El mal uso del conocimiento es uno de los aspectos negativos de este arcano, los falsos maestros lo utilizan para aumentar su poder, y aquellos discípulos que quieren aprovechar la luz de otros en vez de hacer uso de su propia luz caen fácilmente en la trampa. Distinguir a un falso maestro de uno verdadero requiere un grado de consciencia que no todo el mundo tiene, especialmente porque no todo el mundo está interesado en desarrollar la consciencia. La ignorancia, decía el Buda, es la raíz del sufrimiento. Y, en palabras de San Marcos: “el pecado contra el Espíritu no se perdona”. Y ¿Cúal es ese pecado? No esforzarse por superar la propia ignorancia. ¿Cómo vamos a perdonanos a nosotros mismos de un pecado que no sabemos que cometemos?

TIPO DE SENDERO: Estructural de la Mente o Individualidad.

DIRECCION DEL SENDERO: Abierto permanentemente en ambas direcciones, como los otros senderos  que representan las 4 virtudes cardinales. El cáliz es un símbolo receptivo, y con ello nos indica que estos senderos tienen la función de recibir en el ámbito mental.

SIGNIFICADOS: El Maestro interior. La prudencia. Búsqueda en soledad. Autosuficiencia. La sabiduría basada en la experiencia vital. El médico y el chamán.

CORRESPONDENCIAS EN EL SER HUMANO: El hígado y la vesícula biliar. La mano y el brazo derechos. El lado derecho del pecho y el seno derecho. De perfil, las vértebras dorsales.

PROBLEMAS SI ESTA BLOQUEADO: Aislamiento excesivo, como indica el nombre del arcano. Exceso de introversión. Personas muy autosuficientes que tienen pánico a perder su independencia. O, por el contrario, miedo a quedarse solo y  necesidad compulsiva de compañía, incluso aunque se viva un infierno. Rechazo de lo material que deriva en problemas económicos e incluso en mendicidad. Mal uso del conocimiento adquirido, falsos maestros. En un extremo estarían las personas ruines y avaras, llegando a encarnar el arquetipo de la vieja bruja del cuento.

PROBLEMAS DE SALUD: Enfermedades del hígado, cirrosis en casos extremos. Diabetes. Problemas en el lado derecho, mano derecha y vértebras dorsales. 

La sabiduría de Lao Tse


Lao Tse es un título que significa “viejo maestro” y que se atribuye al autor del Tao Te King, obra que compendia un conocimiento profundo y universal cuya práctica se conoce como wu wei, la “no acción”, que es en realidad una acción hecha desde el ser y no desde el ego, sin objetivo y con aceptación total de “lo que es” aquí y ahora, tan adaptable y poderosa como la acción del agua erosionando la roca. De ahí el conocido aforismo de “Un buen caminante no deja huellas”. Jaime Villarrubia lo resume con sencillez agregando el undécimo mandamiento: “no estorbar”. Estos son algunos de sus más conocidos aforismos:

Treinta radios convergen en el centro de una rueda, pero es su vacío lo que la hace útil al carro.
Conocer a los otros es sabiduría. Conocerte a tí mismo es iluminación.
Todo pasa; solo la serenidad permanece.
Cuando te des cuenta que lo que haces a otro te lo haces a ti mismo habrás entendido la Gran Verdad.