viernes, 28 de agosto de 2015

Tarot y Triadas en el Arbol de la Vida. Triadas Pasivas.

Continuando con el tema del Tarot y las correspondencias de figuras de corte y triadas, expuesto en la entrada del blog Tarot y Triadas en el Arbol de la Vida, dónde además se tratan las Triadas Estructurales, nos ocuparemos ahora de las Triadas Pasivas, que son las que se encuentran en la parte izquierda del Arbol, entre el Pilar Central y el Pilar de la Severidad. Esta columna izquierda del Arbol define el aspecto de forma más que el dinámico y energético, asociado al Pilar Izquierdo. Además, el campo externo energético apunta más al desarrollo individual, mientras que en la columna izquierda es de proyección social.



Las Triadas Pasivas son, de arriba abajo:

      Triada de la Ascética
    Triada de la Conservación
     Triada de los Miedos
      Triada de la Intuición
Triada de la Lógica


Las dos triadas superiores, de la Ascética y la Conservación, se encuentran en el campo externo  transpersonal, mientras que las dos siguientes, de los Miedos y de la Intuición, contactan con el campo externo personal. La triada de la Lógica se encuentra ya en contacto con el plano material.



Triada de la Ascética

Sefirot: Kether, Bináh, Tiferet
Senderos: 1 El Mago – 2 La Sacerdotisa – 6 El Enamorado
Letras Hebreas: א (Alef), ב (Beth), ו (Vau)
Figura del Tarot: Rey de Espadas
Triada Opuesta: Triada de la Mística

La Triada de la Ascética es la triada del buscador, del que “va por libre” y, sabiéndolo o no, busca en realidad al Unico Sujeto, el Absoluto de Kether. A diferencia de la triada opuesta, de la Mística, que busca la divinidad manifestada en la perfección de todo lo creado, aquí se da un ejercicio de introspección que podría resumirse en una pregunta: ¿Quién soy yo?, pregunta cuya respuesta solo puede conocerla el despierto, el que ha traspasado el Abismo y con ello la dualidad sujeto-objeto. Para responder a esta pregunta, la más trascendente que pueda hacerse, el sujeto busca la luz dentro, no fuera, pues comprende que ningún otro puede proporcionarla, cómo Krishnamurti afirma en “Esa Luz en Uno Mismo”. Y como él, el asceta dice “no” a religiones, tradiciones, sectas y gurús, porque comprende que no es posible vivir la experiencia de otro, si es que es un verdadero maestro, y aún menos está dispuesto a entregar su libertad por la falsa seguridad que proporciona pertenecer a un rebaño de fieles de tal o cual creencia o religión. El Sendero II, que comparte con la Triada de la Mística, proporciona la conexión con el Absoluto, mientras que el Sendero I nos habla de la voluntad de conocer la Verdad. El Sendero VI remarca la libertad necesaria para este ejercicio, así como el desapego que se requiere para tan ambiciosa tarea como es llegar al Sujeto, pues se trata en verdad de una maniobra de descarte. El Vedanta Advaita tiene para ello un procedimiento conocido cómo neti-neti (ni esto, ni aquello), pues lo que admite cualquier adjetivo o cualidad es un objeto, y en consecuencia no puede ser el Sujeto. Y el éxito de tamaña empresa lo describe muy bien Krishnamurti: “En eso hay silencio, no hay pregunta y respuesta, no hay desafío, no hay búsqueda, todo ha terminado”.

La figura que le corresponde en el Tarot, el Rey de Espadas, tiene los pies girados hacia la izquierda, el pasado, pero el rostro vuelto hacia la derecha, el futuro, lo cual también subrayan las dos caras sobre sus hombros, mirando en direcciones opuestas. Parece decir que es necesaria una revisión del propio pasado, una “recapitulación” como decía Castaneda, para desprenderse de éste, ya que el yo es esencialmente pasado, historia, y constituye un lastre que debe soltarse si se quiere encontrar al Verdadero Sujeto. La letra que aparece sobre el trono nos recuerda a la פ pe hebrea, correspondiente al Sendero de la La Estrella, la guía que nos ilumina en la noche oscura del alma. Otro detalle interesante es que este rey apenas si se sienta en su trono, a diferencia del Rey de Oros, que incluso cruza las piernas. Parece más bien dispuesto a levantarse, a emprender una acción con su espada dispuesta. No hay una postura relajada, como en los otros reyes, sino alerta, pues muchos son los lazos que debe cortar para poder avanzar hacia el futuro.

Aspecto positivo: Búsqueda de la Verdad, de quienes somos realmente, de la Realidad Ultima. Todo ello requiere valor para caminar solo y decir “no” a imposiciones externas. Capacidad de desapego para renunciar a todo aquello que nos ata. Capacidad de indagación en uno mismo.

Aspecto negativo: El trabajo en esta triada requiere una lucha interior que exige salir de nuestra zona de comodidad. El acicate es interior, una necesidad a veces dolorosa de conocimiento de nosotros mismos. Además, y citando a Heine: “Si quieres viajar hacia las estrellas, no busques compañía”, subrayando el trabajo en soledad que requiere esta triada.

Correspondencias en el mundo físico: De frente, el lado izquierdo del cuerpo, desde la cabeza al esternón. De perfil, el rostro y el pecho.

Triada de la Conservación

Senderos: 6 El Enamorado – 7 El Carro -11 La Fuerza
Letras Hebreas: ו (Vau), ז (Zain), כ (Kaf)
Figura del Tarot: Reina de Oros
Triada Opuesta: Triada de la Innovación

La Triada de la Conservación, cómo su opuesta, la de La Innovación, confluye en Tiferet. Es en esta sefirá dónde se decide qué ha de ser conservado y qué ha de ser desechado, en función de una escala de valores que ya se encuentra establecida en la Triada de la Etica, inserta en parte dentro de esta triada. La Individualidad de Tiferet ha de ascender al campo transpersonal, una vez cruzado el Velo del Templo, con un alto grado de integración, pues antes de desechar el vehículo para cruzar el Abismo es preciso poder llegar hasta él, y para ello necesitamos de dicho vehículo. Como afirma Ken Wilber en El Proyecto Atman no se puede transcender el yo sin llegar a establecer un yo maduro e independiente: “…el individuo tiende a integrar todas sus posibles personas en el ego maduro y a continuación comienza a diferenciarse o desidentificarse plenamente del ego, con el fin de descubrir, por vía de la transformación, una unidad de orden todavía superior a la del yo egóico”. Este orden superior es ya un plano transpersonal. A diferencia del papel expansivo que la sefirá de Jesed ejerce en la Triada de la Innovación, en esta triada Guevuráh debe restringir qué aspectos han de ser conservados y cuales nó, selección en la que el Sendero 6 tiene un importante papel. Por otro lado, Bináh determina el tiempo que ha de durar esta conservación, tiempo que tiene que ser limitado, pues cruzar el Abismo requiere abandonarlo absolutamente todo.

La Reina de Oros asociada a la triada mira, naturalmente, en dirección al pasado, donde reside todo aquello que se ha conservado, e incluso está de perfil, a diferencia de las otras tres reinas que se muestran de frente. Y, también a diferencia de ellas, no porta corona, sino una tiara. Además, su pelo no es blanco, como símbolo de pureza, sino azul, color asociado a aspectos sentimentales. Y es que el apego que hay con frecuencia tras los objetos, experiencias, ideas etc que decidimos conservar es de naturaleza sentimental.

Aspecto positivo: El aspecto positivo se centra en la necesidad de conservar aquello que debe ser conservado, que en lo psicológico serían los valores ya integrados en el Yo. En lo social, la misma Kabbalah como Tradición es un logro de la conservación durante generaciones. Sin la función de esta triada no sería posible, conservar en siglos y hasta milenios, obras que representan lo más excelso del espíritu humano y que nos sirven de inspiración y nos indican, como la aguja de una brújula, el norte al que nos podemos dirigir.

Aspecto negativo: El aspecto negativo de la triada se encuentra, lógicamente, en el conservadurismo a ultranza, conservadurismo muy en boga en política e instituciones que aspiran a mantener su poder contra viento y marea. Actualmente en la sociedad se mantiene un paradigma materialista que, como poco, pertenece al siglo XIX. Y la propia ciencia se ha vuelto tan conservadora que todo lo que no entre en el estrecho cajón del método científico se desprecia como pseudocientífico, silenciando e incluso persiguiendo a los que osan salirse de esta rígida estructura que obedece, sin duda, a intereses materiales, intereses bien representados en el enorme disco de oro que sujeta frente a sí la reina asociada. En comportamientos individuales es común el no ser capaz de tirar nada, de desprenderse de nada, que en caso extremo lleva al llamado Síndrome de Diógenes.

Correspondencias en el mundo físico: De frente la parte izquierda del cuerpo, desde la cabeza hasta el esternón. El brazo izquierdo. El pecho de perfil.

Triada de los Miedos

Sefirot:  Guevuráh, Tiferet, Hod
Senderos: 11 La Fuerza – 12 El Colgado – 15 El Diablo
Letras Hebreas: כ (Kaf), ל (Lamed), ס (Samaj)
Figura del Tarot: Caballero de Espadas
Triada Opuesta: Triada de los Deseos



La Triada de los Miedos, como su opuesta, la Triada de los Deseos confluye también en Tiferet y pertenece como ésta al plano personal. El plano transpersonal, más allá del Velo del Templo, requiere la superación de ambos, miedos y deseos, que funcionan en realidad como dos caras de la misma moneda. El deseo es la cara de la moneda y se proyecta siempre hacia el futuro, como muestra el Caballero de Oros que la representa mirando hacia la derecha. El palo de oros subraya el aspecto material del deseo, que solo puede cumplirse en el plano material, pues en caso contrario tan solo engrosaría la pesada carga de los sueños incumplidos. La cruz de la moneda es el miedo, miedo a que no se cumplan los deseos, o aún peor, a que se cumplan y nos dejen igualmente insatisfechos. Es por ello que los antiguos decían que “cuando los dioses nos quieren castigar, nos conceden lo que les pedimos…” o ese manido dicho de “ten cuidado con lo que deseas, porque podría cumpirse”. Existen muchas historias y fábulas sobre deseos cumplidos que pierden al personaje, como el del rey Midas, cuyo deseo es que todo lo que toque se convierta en oro, con los resultados que se pueden suponer. Los deseos cumplidos de posesiones materiales, o de poder, dan la vuelta a la moneda de forma que aparece de inmediato el miedo a perder ese poder o esos bienes y la necesidad imperiosa de conservarlos a toda costa. La agresividad con la que poderosos de este mundo defienden su status privilegiado nace naturalmente del miedo, y miedo es la emoción que utilizan para manipularnos y mantenernos sometidos, y es que el miedo es la emoción de más baja vibración, la que más drena nuestra energía, la que incluso llega a paralizarnos.

Los senderos que forman la triada nos hablan del origen del miedo: en el caso del Sendero XI, es un miedo social, fundamentado sobre todo en la posible pérdida de control sobre nuestra parte más instintiva, lo que podría desembocar en comportamientos condenados socialmente. El Sendero XII apunta sobre todo a situaciones de bloqueo o impotencia, situaciones que nos obligan a detenernos porque el movimiento se hace imposible. El Sendero XV, en cambio, señala hacia la oscuridad de nuestro inconsciente, de nuestros demonios interiores, de eso que conocemos como la sombra. De estos tres senderos sería precisamente el sendero de El Colgado el más capacitado para resolver la situación temida en cuestión, pues es el único capaz de detenerse, observar y decidir. Y, como experto en darle la vuelta a las cosas, nos muestra las ventajas de encontrarse en una situación de inmovilidad forzosa para ver con claridad lo que antes no éramos capaces de ver. ¿Cuántas personas han despertado tras experiencias muy duras de enfermedad, ruina o encarcelamiento?

La sefirá principal de la triada, Guevurah, no solo tiene entre sus nombres el de temor. También significa bravura, coraje, las cualidades que se requieren para afrontar los miedos. En tradiciones iniciáticas, e incluso en ceremonias tribales de paso del niño al adulto, se obliga al sujeto a vivir experiencias temibles para determinar el valor del neófito o del muchacho que esperan ingresar en un orden mayor.

El Caballero de Espadas asociado a esta triada es la viva imagen del guerrero dispuesto a luchar. Su mirada hacia la izquierda nos revela que los miedos pertenecen esencialmente al pasado, así como el palo de espadas nos habla del aspecto mental de dichos miedos. La careta de su hombro, en cambio, mira hacia la derecha, hacia el futuro hacia el que galopa. La gran espada que sujeta con la mano izquierda nos dice que no es su voluntad la que guía la acción, sino que se ve empujado a ella por fuerzas mayores. El cabello de color azul indica la gran carga emocional de este personaje, carga emocional que actúa como combustible necesario para iniciar la acción.

 Aspecto positivo: Además de cómo ingrediente necesario para determinar el valor de un sujeto, pues la valentía no es la ausencia de miedo sino la acción de afrontarlo a pesar de sentir este miedo, otro aspecto positivo sería el de mantener la simple supervivencia, evitando situaciones peligrosas e innecesarias que la ponen en peligro. La triada obraría en este caso sujetando al temerario. Por otra parte, conocer los propios miedos, los miedos interiores, nos dan la perfecta medida del lugar en que nos encontramos en nuestra evolución.

Aspecto negativo: Es tan obvio el aspecto negativo de los miedos que resultaría demasiado prolijo extenderse sobre ello. Señalar únicamente que, a causa de los miedos no trabajados, y especialmente del mayor de todos, el miedo a la muerte, muchas personas no solo no evolucionan sino que ni siquiera viven realmente. Y, paradójicamente, aquello que temes es aquello en lo que te conviertes.

Correspondencias en el mundo físico: El costado izquierdo del cuerpo, desde el hombro hasta la cadera, de frente. El estómago y el abdomen de perfil. Esta triada se encuentra ya por debajo del Velo del Templo. Hemos olvidado quiénes sómos realmente perdiendo con ello nuestra integridad esencial.

Triada de la Intuición

Sefirot: Tiferet, Hod, Yesod
Senderos: 14 La Templanza– 15 El Diablo – 19  El Sol
Letras Hebreas: נ  (Nun), ס (Samaj), ק (kuf)
Figura del Tarot: Caballero de Bastos
Triada Opuesta: Triada del Impulso


La Triada de la Intuición, a pesar de estar en el Arbol en una posición inferior, tiene un claro componente espiritual, como se refleja en el color del caballo de la figura asociada, el único de los cuatro que es blanco. Y es que la intuición nos llega siempre desde lo más profundo de nosotros mismos, como una revelación instantánea y, muchas veces, funcionando sin que seamos conscientes de ella. En este último caso nos damos cuenta, si es que nos damos, a posteriori, y nos parece sorprendente esa sabiduría que ni siquiera sospechábamos que teníamos. La vida está llena de encrucijadas que solo la intuición nos ayuda a solventar, eligiendo la que según vemos después resultó la adecuada. Esta triada es totalmente interior, pues ninguno de sus senderos tiene contacto con el exterior, lo cual subraya su subjetividad. El sendero de El Diablo canaliza la información que procede del inconsciente,  mientras que el de La Templanza se encarga de la percepción interna de cuánto está aconteciendo en el exterior. El sendero de El Sol integra la información recibida concretándola mediante sefirá de Hod, e iluminando por un instante nuestro pensamiento consciente con todo ese caudal de información. Curiosamente la letra hebrea asociada a este sendero, la ק, significa llave y parte posterior de la cabeza, y ésta es la parte que corresponde al sendero de El Loco, el primero que recibe el Rayo Relampagueante desde la sefirá de Jokmáh, y cuyo carácter pasivo y receptivo es esencial para que funcione, a un nivel más bajo, esta triada.

La figura asociada, el Caballero de Bastos, está de frente, indicando que la intuición funciona en el aquí y ahora, pero mira hacia el futuro, pues las consecuencias de seguirla o nó se manifestarán en él. El color blanco del caballo nos llevan a la sefirá de Kether, así como la forma de su sombrero, igual a la de El Mago, sendero conectado directamente al Absoluto. Y es que la chispa de la intuición se manifiesta en mundos inferiores pero procede sin duda del Nivel de Atzilut.

Aspecto positivo: Si tuviéramos que dejar cada decisión en manos del pensamiento racional sería imposible que actuáramos con la suficiente rapidez en muchas situaciones que la requieren. El pensamiento es secuencial, requiere tiempo, mientras que la intuición actúa de forma inmediata, y esto en ocasiones puede ser cuestión de vida o muerte, como muy bien saben los practicantes de artes marciales. En esta triada la intuición actúa como un catalizador de mucha información de la que no somos conscientes, pero que registramos. Y surge inesperadamente para ayudarnos a tomar un camino u otro, o para avisarnos de un peligro o, por el contrario, de una oportunidad.

Aspecto negativo: Lo único negativo es que la triada no funcione. La intuición se perturba e incluso se bloquea si la actividad mental es incesante por influencia de las triadas de Los Miedos y Los Deseos, triadas que con influyen en Tiferet y desde ahí en Yesod. De ahí que un estado de atención e incluso de alerta, estados que necesitan una mente en calma, sean tan necesarios para que se manifieste la magia de la intuición.

Correspondencias en el mundo físico: De perfil, las ingles. De frente, el estómago, el y el ombligo. El intestino grueso.

Triada de la Lógica

Sefirot: Hod, Yesod, Malkut
Senderos: 19  El Sol – 20 El JuicioEl Mundo
Letras Hebreas: ק (kuf), ר  (Resh), ת  (Tav)
Figura del Tarot: Sota de Copas
Triada Opuesta: Triada de la Iniciativa


La Triada de la Lógica, junto con su opuesta, la Triada de la Iniciativa, constituyen dos aspectos necesarios para el desenvolvimiento en el mundo, representado en la sefirá de Malkut. La diferencia esencial la marcan los senderos subjetivos que tienen contacto con el campo externo, el Sendero XVIII en el caso de la Iniciativa, y el Sendero XX en el caso de la Lógica. Y si la de la Iniciativa toma la energía necesaria de Netzaj, y la canaliza a través del Sendero XVIII, la de la Lógica recibe la influencia de Hod, que se encarga de operar con lo que le llega por el Sendero XX. En esta Triada prima la comunicación verbal, el lenguaje hablado y escrito, características del Sendero XX y su Arcano del Tarot correspondiente, El Juicio. En lógica, un juicio es un pensamiento en el que se afirma o se niega algo sobre algo. Según Aristóteles, el juicio es el "pensamiento compuesto de más de una idea, pero dotado, a la vez, de una unidad especial que se logra por medio de la cópula". El elemento básico del juicio es la relación entre los dos conceptos o términos, siendo éstos sujeto y predicado y expresándose esa relación o cópula mediante el verbo ser. Existe un paralelismo entre esta operación básica de la lógica, operación realizada por la mente concreta, y, a una escala mayor, la unión lograda en el Sendero III, La Emperatriz, entre la Sabiduría (Jokmáh) y el Entendimiento (Bináh), unión (cópula) que da como fruto el Conocimiento (Daat). La Viga de la Espiritualidad transciende la lógica de la mente concreta para quedarse únicamente con lo esencial, que no es sino la unión de los contrarios.

La figura que representa a esta Triada, la Sota de Copas, avanza hacia la izquierda, en dirección al pasado. Y es que los conceptos que constituyen el pensamiento residen en una base de datos, la memoria, que solo puede contener lo ya conocido. Porta con una mano la copa y con la otra la tapa ya preparada para cerrarla. ¿Para que no desborde si se llena o para que no entren líquidos –emociones- que no desea? Pues bajo la lógica late con toda su fuerza el mundo emocional, que ella quiere, necesita, racionalizar, como un primer intento de elevarse, de evolucionar desde la materia.

Aspecto positivo: El aspecto racional es fundamental para el desarrollo y la evolución del ser humano, e incluso para su supervivencia en sociedades complejas como la nuestra. En unión con su triada opuesta, la de la Iniciativa, define y concreta los procedimientos necesarios para llevar a cabo ésta. La operación mental básica de la lógica, relacionar elementos, es el primer paso para aprender a unirlos e integrarlos en una unidad mayor.

 Aspecto negativo: La aplicación de la lógica tiene límites que la circunscriben a operaciones de la mente concreta y a lo ya conocido, que es el pasado y la memoria, pues el pensamiento humano opera en el tiempo. Más allá no puede ir, y la tentación de negar todo aquello que está fuera de este ámbito limitado es uno de los mayores problemas que presenta un uso por exceso de esta triada. El racionalismo llevado al extremo lleva al negacionismo, que rechaza la existencia de todo aquello que se escapa del ámbito de la mente concreta. Por defecto, en cambio, tendríamos personas en exceso emotivas, que casi nunca utilizan la lógica y para las que la vida, seguramente, se convierte en un valle de lágrimas.

Correspondencias en el mundo físico: De perfil, la cadera y la pierna izquierda. De frente, los pies. En la casa, los suelos, los cimientos, las alfombras.