viernes, 18 de diciembre de 2015

Sefarad y la Cábala


"Oh mia patria si bella e perduta..."
Va Pensiero (Nabucco)


La presencia hebrea en España se remonta a tiempos míticos. Es conocida la leyenda según la cúal el primer hebreo que pisó estas tierras fue Thubal, hijo de Jafet y nieto de Noé, quien, 84 años después del diluvio, desembarcó en tierras gallegas, en la ría de Muros, dónde fundó la ciudad de Noia, nombre dado en recuerdo de Noe. Más cercano en el tiempo es el origen que algunos eruditos atribuyen a la presencia hebrea, identificando la península con la Tarsis bíblica, a la que comerciantes fenicios y hebreos llegaron en tiempos de Salomón en busca de metales preciosos para la construcción del Primer Templo (965..928 ac). Mayor aceptación tiene la teoría según la cúal la llegada de hebreos fue tras la primera diáspora judía en el año 586 ac, al ser conquistado el Reino de Judá por Nabucodonosor. No obstante, la primera mención de la palabra Sefarad se encuentra en un texto del profeta Abdías: …y los cautivos de esta hueste de los hijos de Israel, los que están entre los cananeos hasta Tfarzat y la cautividad de Jerusalén, que está en Sefarad”. 

Flavio Josefo sigue la tesis thubalita, afirmando que los thobelos o iberos serían descendientes de los hebreos asentados en Galicia desde tiempos bíblicos. Por otra parte, la etimología de la palabra Iberia, asociada al río Iber (Ebro), viene según muchos estudiosos del vocablo Ibri, hebreo. Y apoyando la hipótesis de Josefo, los topónimos de numerosas localidades gallegas y asturianas tienen una raíz hebrea, como Jaime Villarrubia pone de manifiesto (Kabbalah en píldoras, 234..248), comenzando por la propia Galicia, vocablo derivado de galut, destierro, al que fenicios e israelitas asociados fueron a parar para explotar las ricas minas de oro y hierro, estableciéndose allí y en Asturias (Astarté, diosa fenicia), dónde permanecerían hasta la expulsión definitiva en 1492 por el Edicto de Granada.

Desembarco de Thubal en la costa gallega
La primera persecución conocida de los judíos se remonta al 589 d.c., cuando el rey visigodo Recaredo se convirtió al catolicismo, y adoptó una actitud beligerante contra las comunidades judías. Para los judíos la invasión musulmana de la península ibérica en el 711 significó el fin de la persecución a que habían sido sometidos por los monarcas visigodos y por la Iglesia católica. Está comprobado que los recibieron con los brazos abiertos y que colaboraron con ellos en la custodia de algunas ciudades, como Córdoba, Sevilla, Granada o Elvira. La presencia musulmana en España se extendió durante 8 siglos, (s. VIII al s. XV), y fueron precisamente los siglos XII y XIII los de mayor esplendor de la presencia judía. Judíos eran la mayoría de los médicos, así como los encargados de recaudar tributos y de la administración del tesoro estatal. Judío era Luis de Santangel, que financió la expedición de Colón y, como secretario del rey Fernando de Aragón, firmó las Capitulaciones de Santa Fé. En España, y contrariamente a lo que se cree, la expulsión de los judíos fue posterior a la de otros reinos como el de Inglaterra (1290) o el de Francia (1394), quizá debido a  la presencia musulmana durante estos siglos. Pero la exigencia de una única religión como argamasa ideológica de los nuevos estados llevó, también en España y auspiciada por la Inquisición, a la expulsión definitiva de los judíos. Hombres, mujeres y niños abandonaron sus casas y todos sus bienes, solo se les permitíó llevar letras de cambio, no moneda acuñada, y en una nueva y dolorosa diáspora abandonaron su tierra, Sefarad, para siempre. Sefarad סּפרד,  cuya temurá es pardésפרדס  paraíso, pues España era para ellos su segunda patria y, en muchos aspectos, un auténtico paraíso en la tierra.

Los que se quedaron, los conversos, fueron siempre sospechosos de judaizantes. Sin embargo, conversos o hijos de conversos fueron Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, Góngora, Gracián, Fray Luis de León, Cervantes, Antonio de Nebrija, Luis Vives, Arias Montano y tantos otros ilustres españoles, a muchos de los cuales persiguió la Inquisición. El término “marrano” venía a señalar a aquellos que no podían demostrar su “limpieza de sangre”, condición que se mantuvo para desempeñar cargos públicos hasta ¡1865!

Pero volviendo a tiempos mejores, la Cábala tuvo un florecimiento extraordinario en Sefarad, conociendo su edad de oro en las aljamas ibéricas entre los siglos XII y XIII. En la Provenza francesa el llamado Isaac el Ciego escribe el Sefer Ha Bahir (Libro de la Claridad), libro con gran influencia gnóstica y neoplatónica. En él aparece por primera vez el concepto de En Sof, Infinito, como Divinidad Inmanifestada, y los 10 Sefirot conformando el conocido Arbol dela Vida o Arbol Sefirótico. Sus discípulos fundaran en Cataluña la Escuela de Gerona, la primera escuela cabalística de occidente. El principal de ellos, Azriel de Girona, difunde el concepto de Ain Sof o En Sof, cuya formulación expone en el libro Saal ha-soel (La puerta del que pregunta):

“Si el interrogador pregunta: ¿Por qué estoy obligado a creer en el infinito En-Sof?
Respuesta: Debes saber que todo lo que es visible y todo lo que pueda ser captado por medio de la capacidad del corazón humano es limitado, y todo lo que es limitado tiene un fin, y todo lo que tiene un fin carece de valor. Partiendo de esta constatación, lo que no es limitado debe llamarse Infinito –En-Sof- y que es indiferenciación absoluta en la unidad perfecta sin alteraciones. Si algo es infinito, nada existe que sea exterior. A medida que se eleva es el principio esencial tanto de lo secreto como de lo manifiesto. A medida que se oculta, es la raíz tanto de la fidelidad como de la rebelión, y respecto a esto dicen las Escrituras “Por su fidelidad, el justo vivirá”. Los filósofos concuerdan con quien afirma que no es capaz de definir el Infinito, salvo de manera negativa. Las entidades que emanan del Infinito son las sefirot.”


Otras obras suyas son Comentario al Séfer Yetzirá y Comentario a las aggadot del Talmud. Su principal discípulo, Mossé ben Nahmán, Nahmánides, también conocido como Rambán, fue rabino mayor de Cataluña y la mayor autoridad talmúdica de su generación. En su  Comentario al Sefer Yetzirah  encontramos párrafos como éste, que alude al retorno al Origen:

“El número treinta y dos es una alusión al corazón, y el corazón es la Voluntad, tal como lo expresa el versículo "¿Es tu corazón tan recto como el mío, como el mío lo es con el tuyo?". Todas y cada una de las cosas existentes deben su existencia a la Voluntad que se encuentra en ellas. Si se produce una inversión de Voluntad se provoca el retorno al origen inicial, como si alguien aspirara, atrayendo hacia sí mismo su propio soplo”.

Nahmánides tuvo que abandonar España tras la famosa Disputa de Barcelona, en la que demostró a sus contendientes dominicos que los profetas de la Biblia consideran el Mesías futuro como un ser humano, una persona de carne y hueso, y no como una divinidad. Su destino fue Palestina, dónde murió en 1267.


En Aragón destaca Abraham Abulafia. Hombre inquieto, un episodio muy controvertido de su vida fue su ida a Roma para, supuestamente, convertir al papa Nicolás III, tal y como una visión le había ordenado. El Papa falleció curiosamente un día antes, pero Abulafia fue encarcelado durante un tiempo por este motivo. Viajó mucho, por Italia, Grecia e incluso Tierra Santa, en busca de sus orígenes y del mítico río Sambatión, tras el cúal se creía se encontraban las 10 tribus perdidas de Israel, hasta regresar y establecerse en Barcelona.

Abulafia tiene como pilares de su obra al Sefer Yetziráh y a la Guía de Perplejos del filósofo hebreo Maimónides, de los que hace sendos comentarios. En el núcleo de su visión se encuentra la idea de que estamos sellados, anudados, trabados, y que, por lo tanto, debemos deshacer cada nudo de nuestro ser. La palabra «nudo», kesher קשר se transforma por temurá en sheker שקר, «mentira». Para liberarnos de esta condición y poder aspirar al debekut דבקות o unión con Dios, finalidad de toda experiencia mística, Abulafia propone una técnica de meditación que incluye combinaciones con las letras del alefato y vocalizaciones de dichas letras, acompañadas de determinados movimientos e incluso respiraciones, que algunos asocian a las técnicas del pranayama yóguico: “Cuando empieces a pronunciar la letra, empieza a mover la cabeza y el corazón: el corazón, mediante el intelecto, porque es un órgano interno, y la cabeza, por sí misma, pues es un órgano externo…”. Esta original disciplina que persigue sin duda entrar en un estado alterado de conciencia se encuentra en su obra Hokmat ha-Tseruf (Ciencia de la Combinación de las Letras). El Tseruf  incluye las técnicas de hermenéutica cabalística: Guematria, Temurá y Notarikón, técnicas que permiten abrir los sellos que ocultan el verdadero significado de la Toráh o de otras obras, como la Guía de Maimónides.
La íntima relación entre su vida y su obra se refleja en su libro autobiográfico Sefer ha-'ot, de carácter profético, escrito en Sicilia, dónde murió. La obra de Abulafia, conocida como Cábala Extática, tendrá gran influencia en círculos cabalistas sefardíes, siendo muy difundida la recitación de Nombres divinos para alcanzar estados de éxtasis. A este respecto, Abulafia rechaza totalmente el uso mágico de la recitación de Nombres para imponer la voluntad propia en el mundo exterior. La magia que debe conseguirse es la de la propia transformación interior. Puede verse aquí la relación con la alquimia, relación que explica la influencia de Abulafia sobre autores como Ramón Llull. Influyó también sobre otros cabalistas como Mosés Cordovero y Haim Vital. Abulafia fue sin duda un gran cabalista, aunque controvertido para muchos, como suele suceder con los innovadores. La Cábala le debe el método más característico, el Tseruf o hermenéutica de las letras.

Su discípulo más destacado fue Yoséf Chiquitilla. Chiquitilla, o Gikatilla, aprendió el Tséruf con Abulafia, pero se decantó por la cábala teosófica, dando mayor importancia a la doctrina de las Sefirot. En su tratado Sha’aré Orah (Las Puertas de la Luz), nombra a las sefirot en orden inverso al establecido, comenzando por Malkut, y terminando en Kether. De este modo propone el camino ascendente o de evolución del alma, asociando a cada sefirá el Nombre Divino que le corresponde, desde la Shekináh de Malkut hasta la Corona de Kether. Cada sefirá es un recipiente de las superiores y, a la vez, un derramante de las inferiores: "Todas las carrozas y todos los niveles de la emanación obedecen a la forma derramante-recipiente y ése es el secreto de la androginia". Y es la Androginia Divina el tema principal de otra de sus obras, El Secreto de la Unión de David y Betsabé: hay una dualidad en cada manifestación, que se corresponde a la dualidad esencial de la propia Divinidad en su aspecto masculino y femenino, siendo ésta teoría la quintaesencia de la Cábala, y por lo que ha sido criticada e incluso perseguida por la heterodoxia monoteísta hebrea: El Uno se manifiesta en los muchos, pero siempre a través de esta dualidad de opuestos, que se atraen para complementarse. Esta dualidad se encuentra tanto en el Hermetismo (Ley del Género), como en filosofías tan lejanas como el Taoísmo (Tao manifestado en fuerzas polares Yin Yang). Solo el Infinito, el En Sof del que las 10 sefirot emanan, está más allá de esta dualidad. 


Pero es sin duda El Zohar la cumbre de la Cábala universal. Obra del sefardita Mosé ben Sem Tov, conocido como Moisés de León, el Sefer ha Zohar (Libro del Esplendor) ve la luz el 1280 como un midrasech (comentario en clave) de la Torá. El propio Mosé dice ser no el autor sino el compilador de la obra de un rabino palestino del s II a.c. llamado Shimeón bar Yohai. El cuerpo central está escrito en arameo, pero hay partes en hebreo, e incluso en ladino (judeoespañol), que hablan a favor de la autoría sefardí. No obstante, lo más probable es que existiera ya todo o gran parte de su contenido como tradición oral o incluso en diversos escritos. En ese caso el rabino leonés habría hecho una labor semejante a Patanjali en sus Yoga Sutras, compilando conocimientos ya existentes. El nombre Zohar deriva del versículo de Daniel: Los sabios brillarán con el esplendor (zohar) del firmamento”.
Siendo esta obra cumbre de la Cábala demasiado extensa y prolija para este reporte, mereciendo de por sí una entrada completa, apuntaré tan solo dos conceptos importantes: el que hace referencia a la Creación y al papel de las letras hebreas en ella, y el que destaca la necesaria unión de los principios masculino y femenino para la continuidad del mundo manifestado.
Ejemplar de Isaac Newton
El papel de las letras se encuentra en el llamado Midrash de Rabí Akiva, y en él se explica como cada una de las 22 letras del alefato se presentan ante Dios manifestando sus méritos para encabezar el Verbo con que comienza la creación, en orden inverso al que ocupan en el alefato. Pero Dios las descarta una a una, mostrando la palabra negativa que también inician, hasta llegar a la letra Beth ב que elige para este fin:Bereshit bará Elohim… (En el Principio creó Dios…) El Principio simboliza la existencia primordial, la divinidad en su estado de no manifestación, y que conocemos como Nada (Aín), de la que surge la divinidad ya manifestada y creadora del universo, Elohim, que creará por medio del Verbo, conformado precisamente por estas letras sagradas, tal y como ya se recogía en el Sefer Yetziráh.
Los dos principios masculino y femenino, que constituyen la esencia misma de la creación. Rabí Simón afirma que las palabrasVarón y hembra los creó” (Gen 5:2) permite deducir que toda figura que no represente al varón y a la hembra no se parece a la figura celestial.Les bendijo y les puso por nombre Adán” (Gen 5:2), no  “Lo bendijo y le puso por nombre Adán”, ya que Dios solo bendice cuando el varón y la hembra están unidos. En el Arbol de la Vida el principio Masculino se manifiesta en Jokmáh, y el Femenino en Bináh, y de su unión nacen todos los Mundos y el resto de las Sefirot, hasta llegar a Malkut, dónde el principio femenino se manifiesta como la Shekináh, a la que también se titula como la Reina, la Novia o la Matrona. Toda la tierra está llena de su gloria (Isaías 6:3). El matrimonio es considerado sagrado por realizar simbólicamente la unión de Dios con la Shekináh, que es llamada El Vergel de las Manzanas Sagradas, las Sefirot, pues actúa a través de ellas. El sol busca la luna, es decir; el Santo, Bendito sea busca a la Shekináh bajo el Trono y no la encuentra, porque los pecados de los hombre los separan”. La restitución de la Shekináh en su trono será el tema principal de el gran Ari, Isaac Luria, ya en el siglo XVI, en Safed (norte de Israel), adónde se habían dirigido muchos sefardíes tras su expulsión en 1492.
Toledo, la Jerusalén de Sefarad

jueves, 24 de septiembre de 2015

El Arbol de la Vida Personal y el Programa de Vida

“La misión del alma en esta vida es recordar”
(Ken Wilber, El Proyecto Atman)


El marco teórico del genial hallazgo de Jaime Villarrubia se encuentra en la idea de Isaac Luria sobre el tikún, o misión sagrada que cada persona ha de cumplir, para la que se requieren sin duda numerosas vidas, pues la Cábala admite la reencarnación (guilgulim), siendo siempre el propósito de ésta el cumplimiento de dicho tikún. La palabra tikún significa “restauración” o “reparación”. ¿Y qué es lo que hay que reparar?: el desequilibrio del universo. ¿Y qué es lo que hay que restaurar?: a la Shekiná en su trono. Issac Luria considera que en la primera Creación se produjo un desequilibrio energético al descender el Rayo Relampagueante cuya luz era excesiva para las sefirot que debían contenerla, a partir de la cuarta sefirá, lo cual produjo su rotura. La consecuencia  fue que los trozos rotos de estos recipientes –los qliphot-, cayeron al abismo, donde quedaron atrapados. Estos elementos en desequilibrio se asimilan a los demonios y archidemonios, que se corresponden en negativo a los ángeles y arcángeles.  Y la Shekiná o Presencia Divina de Dios en su aspecto femenino fue al exilio de Malkut.



  En El Zohar se encuentra una idea revolucionaria sobre    la expulsión del Paraíso. No fue Dios quien expulsó a    Adán y Eva, sino que fueron ellos quienes expulsaron a  Dios del Jardín del Edén. De forma que estamos en el    Paraíso, pero no lo sentimos así, porque hemos perdido la  conexión con Dios.



A partir de esta teoría y considerando que cada vida humana tiene el propósito indicado, lo sepa el hombre o no, y teniendo en cuenta también que las sucesivas reencarnaciones conllevan una serie de tendencias que se van consolidando, tanto en positivo como en negativo, lo que en Oriente denominan samskaras, Jaime Villarrubia considera que el Arbol de la Vida personal es, por una parte, un “mapa de samskaras” que nos describe de modo exhaustivo, y por otra parte un “programa de vida” que nos permite investigar nuestro tikún y nos facilita su cumplimiento. 

Personalmente, me gusta considerar que en él se encuentran muy bien representados dos de los más sabios aforismos griegos:
El primero está claro cuando comprendemos nuestro mapa de tendencias, muchas de ellas inconscientes. Y el segundo –que habla del equilibrio- es fundamental para el flujo correcto de energía en nuestro Arbol y en nuestra vida, pues sea cual sea nuestro Arbol personal, hay una ley para que cualquier persona pueda acometer su cumplimiento con éxito, y es no caer en los excesos que presenta cada uno de los 22 senderos subjetivos. Y hablando de senderos subjetivos, es el sendero XIV, LaTemplanza, el que mejor representa estas dos claves: 

Conócete a ti mismo γνῶθι σεαυτόν

El Sendero 14 une Yesod -la personalidad, el ego, el yo inferior- con Tiferet, la individualidad, el Yo Superior, indicando que uno no se conoce en absoluto si se queda en el ego. A este respecto hay que considerar el origen de la palabra personalidad, que viene del  latín “per sonare”, la máscara que para sonar se ponían los actores de teatro. Está claro que una cosa es el actor –el individuo- y otra el personaje que interpreta, -la personalidad-.  Y ya sabemos lo que pasa con los actores que se identifican con sus personajes…

Nada en demasía  μηδὲν ἄγαν

La carta del tarot que corresponde a este sendero, La Templanza, ya lo dice todo. El Angel mezcla –templa- el líquido de dos vasijas, una roja y otra azul, como las esferas de Misericordia, Jesed, y Rigor, Guevuráh. Esto es un símbolo que nos invita a no caer en los extremos. Por otra parte el lugar que ocupa en el Arbol es justamente en medio del Pilar Central.


Y ¿Cúales son los datos que necesitamos para poder levantar este Arbol personal? Sabemos que una carta astral se fundamenta en los datos referentes al tiempo: fecha y hora de nacimiento, y al lugar de éste.  Pues bien, el Arbol de la Vida personal se fundamenta en dos elementos: el Nombre y el Tiempo.  El tiempo hace referencia a la fecha de nacimiento.  El nombre es el nombre completo de la persona, nombre-s de pila y apellidos paterno y materno. Más que el lugar donde uno nace, el linaje familiar determina, tanto genéticamente como por educación, a un individuo concreto. En conclusión, la hipótesis de trabajo de Jaime Villarrubia es la siguiente:

En el nombre y el tiempo de una persona está contenida toda la información que la describe”.
(Sefer Ha Neshama)

La importancia del nombre en la Cábala se pone de manifiesto cuando sabemos que el término que designa en hebreo a un objeto, y dicho objeto designado, es el mismo: דבר (dabar). Por otra parte, el objeto designado es impermanente en mayor o menor grado, mientras que el nombre que lo designa permanece, al menos durante tanto tiempo como ese idioma persista. Umberto Eco recoge esta idea en su famosa novela: “El nombre de la rosa”, cuando termina diciendo:
Stat rosa prístina nomine, nomina nuda tenemus

(Todo lo que queda de la prístina rosa es su nombre)

En cuanto al tiempo, éste no aparece en el Arbol de la Vida hasta la esfera de Bináh. Esta sefirá se conoce también como Imma, Madre. La Madre Divina necesita del tiempo para gestar y parir toda la creación. Y es el nombre de esta esfera  יהוה, el Shem, quien nos muestra su relación con el tiempo, pues YHVH es una variación de la raíz hebrea que significa ser.

Era     היה   (Hayáh)    En tiempo pasado
Es       הוה    (Havéh)   En tiempo presente
Será   יהיה   (Ihyéh)   En tiempo futuro

Recordemos que el nombre de la esfera de Kether es  היה (Ehié), "Yo Soy". Es decir; el "Uno que Es" en presente, fuera del tiempo, Eterno por tanto.

Con estos datos, nombre y fecha de nacimiento,  por tanto se levanta el Arbol personal utilizando un procedimiento similar al de un programa informático, en el sentido de que los valores numéricos de cada letra o dígito se combinan con unas reglas precisas para acabar produciendo un resultado concreto, que sería el mismo fuera quien fuese el que lo ejecutara, de ahí que se llame Programa de Vida, pues, aunque resulte difícil de aceptar, la exactitud del método nos lleva a considerar el determinismo absoluto del resultado. No somos un papel en blanco, traemos las instrucciones ya escritas. Y esto es perfectamente lógico si admitimos que hemos vivido muchas vidas, con toda la carga y también con todo el aprendizaje que eso conlleva.


Ejemplo de un Arbol personal
El Arbol de la Vida personal nos muestra cúales son nuestros puntos débiles y cúales son nuestras maestrías, y, sobre todo, qué venimos a trabajarnos en esta vida, en dónde hemos de poner el acento, pues no todos venimos a hacer lo mismo, ni mucho menos, y por ello nuestras aptitudes son distintas, como lo son nuestras limitaciones. El resultado del profundo conocimiento de nosotros mismos que conlleva el Arbol nativo es la autoaceptación, la valoración propia y la verdadera autoestima, que no se basa en la comparación con otros de nuestro cuerpo y personalidad, sino en saber quienes somos más allá de la forma actual. Y, a partir de este conocimiento de nosotros mismos, el conocimiento del propósito de nuestra alma en esta encarnación, nuestra misión actual, nuestro tikún, o en otras palabras el juego que tenemos que jugar en esta vida.

Una vez levantado el Arbol personal a partir de los datos indicados, se procede a la interpretación según las líneas que aparecen en cada sendero, las cargas relativas de cada esfera, las posibles configuraciones energéticas, las triadas principales etc. Todo ello requiere naturalmente unos conocimientos previos, conocimientos, tanto del modo de levantar el Arbol como de su interpretación que se recogen en el libro Sefer Ha Neshama de Jaime Villarrubia. Si el Arbol se levanta para otra persona es preciso tener con ella una sesión presencial, jamás a distancia por correo o cualquier sistema virtual, ya que se trata de una demanda no del ego sino del ser, y lógicamente éste debe estar presente para escuchar el relato completo de su Arbol, y hacer preguntas si lo desea. La sesión se graba para ser entregada al sujeto, junto con su propio Arbol y material explicativo sobre éste. A partir de aquí, el trabajo ya es de cada uno, íntimo, personal e intransferible. Lo que si puedo afirmar con seguridad es que los resultados son extraordinarios si nos tomamos en serio esta información, que entonces marca un antes y un después en nuestra vida.

viernes, 28 de agosto de 2015

Tarot y Triadas en el Arbol de la Vida. Triadas Pasivas.

Continuando con el tema del Tarot y las correspondencias de figuras de corte y triadas, expuesto en la entrada del blog Tarot y Triadas en el Arbol de la Vida, dónde además se tratan las Triadas Estructurales, nos ocuparemos ahora de las Triadas Pasivas, que son las que se encuentran en la parte izquierda del Arbol, entre el Pilar Central y el Pilar de la Severidad. Esta columna izquierda del Arbol define el aspecto de forma más que el dinámico y energético, asociado al Pilar Izquierdo. Además, el campo externo energético apunta más al desarrollo individual, mientras que en la columna izquierda es de proyección social.



Las Triadas Pasivas son, de arriba abajo:

      Triada de la Ascética
    Triada de la Conservación
     Triada de los Miedos
      Triada de la Intuición
Triada de la Lógica


Las dos triadas superiores, de la Ascética y la Conservación, se encuentran en el campo externo  transpersonal, mientras que las dos siguientes, de los Miedos y de la Intuición, contactan con el campo externo personal. La triada de la Lógica se encuentra ya en contacto con el plano material.



Triada de la Ascética

Sefirot: Kether, Bináh, Tiferet
Senderos: 1 El Mago – 2 La Sacerdotisa – 6 El Enamorado
Letras Hebreas: א (Alef), ב (Beth), ו (Vau)
Figura del Tarot: Rey de Espadas
Triada Opuesta: Triada de la Mística

La Triada de la Ascética es la triada del buscador, del que “va por libre” y, sabiéndolo o no, busca en realidad al Unico Sujeto, el Absoluto de Kether. A diferencia de la triada opuesta, de la Mística, que busca la divinidad manifestada en la perfección de todo lo creado, aquí se da un ejercicio de introspección que podría resumirse en una pregunta: ¿Quién soy yo?, pregunta cuya respuesta solo puede conocerla el despierto, el que ha traspasado el Abismo y con ello la dualidad sujeto-objeto. Para responder a esta pregunta, la más trascendente que pueda hacerse, el sujeto busca la luz dentro, no fuera, pues comprende que ningún otro puede proporcionarla, cómo Krishnamurti afirma en “Esa Luz en Uno Mismo”. Y como él, el asceta dice “no” a religiones, tradiciones, sectas y gurús, porque comprende que no es posible vivir la experiencia de otro, si es que es un verdadero maestro, y aún menos está dispuesto a entregar su libertad por la falsa seguridad que proporciona pertenecer a un rebaño de fieles de tal o cual creencia o religión. El Sendero II, que comparte con la Triada de la Mística, proporciona la conexión con el Absoluto, mientras que el Sendero I nos habla de la voluntad de conocer la Verdad. El Sendero VI remarca la libertad necesaria para este ejercicio, así como el desapego que se requiere para tan ambiciosa tarea como es llegar al Sujeto, pues se trata en verdad de una maniobra de descarte. El Vedanta Advaita tiene para ello un procedimiento conocido cómo neti-neti (ni esto, ni aquello), pues lo que admite cualquier adjetivo o cualidad es un objeto, y en consecuencia no puede ser el Sujeto. Y el éxito de tamaña empresa lo describe muy bien Krishnamurti: “En eso hay silencio, no hay pregunta y respuesta, no hay desafío, no hay búsqueda, todo ha terminado”.

La figura que le corresponde en el Tarot, el Rey de Espadas, tiene los pies girados hacia la izquierda, el pasado, pero el rostro vuelto hacia la derecha, el futuro, lo cual también subrayan las dos caras sobre sus hombros, mirando en direcciones opuestas. Parece decir que es necesaria una revisión del propio pasado, una “recapitulación” como decía Castaneda, para desprenderse de éste, ya que el yo es esencialmente pasado, historia, y constituye un lastre que debe soltarse si se quiere encontrar al Verdadero Sujeto. La letra que aparece sobre el trono nos recuerda a la פ pe hebrea, correspondiente al Sendero de la La Estrella, la guía que nos ilumina en la noche oscura del alma. Otro detalle interesante es que este rey apenas si se sienta en su trono, a diferencia del Rey de Oros, que incluso cruza las piernas. Parece más bien dispuesto a levantarse, a emprender una acción con su espada dispuesta. No hay una postura relajada, como en los otros reyes, sino alerta, pues muchos son los lazos que debe cortar para poder avanzar hacia el futuro.

Aspecto positivo: Búsqueda de la Verdad, de quienes somos realmente, de la Realidad Ultima. Todo ello requiere valor para caminar solo y decir “no” a imposiciones externas. Capacidad de desapego para renunciar a todo aquello que nos ata. Capacidad de indagación en uno mismo.

Aspecto negativo: El trabajo en esta triada requiere una lucha interior que exige salir de nuestra zona de comodidad. El acicate es interior, una necesidad a veces dolorosa de conocimiento de nosotros mismos. Además, y citando a Heine: “Si quieres viajar hacia las estrellas, no busques compañía”, subrayando el trabajo en soledad que requiere esta triada.

Correspondencias en el mundo físico: De frente, el lado izquierdo del cuerpo, desde la cabeza al esternón. De perfil, el rostro y el pecho.

Triada de la Conservación

Senderos: 6 El Enamorado – 7 El Carro -11 La Fuerza
Letras Hebreas: ו (Vau), ז (Zain), כ (Kaf)
Figura del Tarot: Reina de Oros
Triada Opuesta: Triada de la Innovación

La Triada de la Conservación, cómo su opuesta, la de La Innovación, confluye en Tiferet. Es en esta sefirá dónde se decide qué ha de ser conservado y qué ha de ser desechado, en función de una escala de valores que ya se encuentra establecida en la Triada de la Etica, inserta en parte dentro de esta triada. La Individualidad de Tiferet ha de ascender al campo transpersonal, una vez cruzado el Velo del Templo, con un alto grado de integración, pues antes de desechar el vehículo para cruzar el Abismo es preciso poder llegar hasta él, y para ello necesitamos de dicho vehículo. Como afirma Ken Wilber en El Proyecto Atman no se puede transcender el yo sin llegar a establecer un yo maduro e independiente: “…el individuo tiende a integrar todas sus posibles personas en el ego maduro y a continuación comienza a diferenciarse o desidentificarse plenamente del ego, con el fin de descubrir, por vía de la transformación, una unidad de orden todavía superior a la del yo egóico”. Este orden superior es ya un plano transpersonal. A diferencia del papel expansivo que la sefirá de Jesed ejerce en la Triada de la Innovación, en esta triada Guevuráh debe restringir qué aspectos han de ser conservados y cuales nó, selección en la que el Sendero 6 tiene un importante papel. Por otro lado, Bináh determina el tiempo que ha de durar esta conservación, tiempo que tiene que ser limitado, pues cruzar el Abismo requiere abandonarlo absolutamente todo.

La Reina de Oros asociada a la triada mira, naturalmente, en dirección al pasado, donde reside todo aquello que se ha conservado, e incluso está de perfil, a diferencia de las otras tres reinas que se muestran de frente. Y, también a diferencia de ellas, no porta corona, sino una tiara. Además, su pelo no es blanco, como símbolo de pureza, sino azul, color asociado a aspectos sentimentales. Y es que el apego que hay con frecuencia tras los objetos, experiencias, ideas etc que decidimos conservar es de naturaleza sentimental.

Aspecto positivo: El aspecto positivo se centra en la necesidad de conservar aquello que debe ser conservado, que en lo psicológico serían los valores ya integrados en el Yo. En lo social, la misma Kabbalah como Tradición es un logro de la conservación durante generaciones. Sin la función de esta triada no sería posible, conservar en siglos y hasta milenios, obras que representan lo más excelso del espíritu humano y que nos sirven de inspiración y nos indican, como la aguja de una brújula, el norte al que nos podemos dirigir.

Aspecto negativo: El aspecto negativo de la triada se encuentra, lógicamente, en el conservadurismo a ultranza, conservadurismo muy en boga en política e instituciones que aspiran a mantener su poder contra viento y marea. Actualmente en la sociedad se mantiene un paradigma materialista que, como poco, pertenece al siglo XIX. Y la propia ciencia se ha vuelto tan conservadora que todo lo que no entre en el estrecho cajón del método científico se desprecia como pseudocientífico, silenciando e incluso persiguiendo a los que osan salirse de esta rígida estructura que obedece, sin duda, a intereses materiales, intereses bien representados en el enorme disco de oro que sujeta frente a sí la reina asociada. En comportamientos individuales es común el no ser capaz de tirar nada, de desprenderse de nada, que en caso extremo lleva al llamado Síndrome de Diógenes.

Correspondencias en el mundo físico: De frente la parte izquierda del cuerpo, desde la cabeza hasta el esternón. El brazo izquierdo. El pecho de perfil.

Triada de los Miedos

Sefirot:  Guevuráh, Tiferet, Hod
Senderos: 11 La Fuerza – 12 El Colgado – 15 El Diablo
Letras Hebreas: כ (Kaf), ל (Lamed), ס (Samaj)
Figura del Tarot: Caballero de Espadas
Triada Opuesta: Triada de los Deseos



La Triada de los Miedos, como su opuesta, la Triada de los Deseos confluye también en Tiferet y pertenece como ésta al plano personal. El plano transpersonal, más allá del Velo del Templo, requiere la superación de ambos, miedos y deseos, que funcionan en realidad como dos caras de la misma moneda. El deseo es la cara de la moneda y se proyecta siempre hacia el futuro, como muestra el Caballero de Oros que la representa mirando hacia la derecha. El palo de oros subraya el aspecto material del deseo, que solo puede cumplirse en el plano material, pues en caso contrario tan solo engrosaría la pesada carga de los sueños incumplidos. La cruz de la moneda es el miedo, miedo a que no se cumplan los deseos, o aún peor, a que se cumplan y nos dejen igualmente insatisfechos. Es por ello que los antiguos decían que “cuando los dioses nos quieren castigar, nos conceden lo que les pedimos…” o ese manido dicho de “ten cuidado con lo que deseas, porque podría cumpirse”. Existen muchas historias y fábulas sobre deseos cumplidos que pierden al personaje, como el del rey Midas, cuyo deseo es que todo lo que toque se convierta en oro, con los resultados que se pueden suponer. Los deseos cumplidos de posesiones materiales, o de poder, dan la vuelta a la moneda de forma que aparece de inmediato el miedo a perder ese poder o esos bienes y la necesidad imperiosa de conservarlos a toda costa. La agresividad con la que poderosos de este mundo defienden su status privilegiado nace naturalmente del miedo, y miedo es la emoción que utilizan para manipularnos y mantenernos sometidos, y es que el miedo es la emoción de más baja vibración, la que más drena nuestra energía, la que incluso llega a paralizarnos.

Los senderos que forman la triada nos hablan del origen del miedo: en el caso del Sendero XI, es un miedo social, fundamentado sobre todo en la posible pérdida de control sobre nuestra parte más instintiva, lo que podría desembocar en comportamientos condenados socialmente. El Sendero XII apunta sobre todo a situaciones de bloqueo o impotencia, situaciones que nos obligan a detenernos porque el movimiento se hace imposible. El Sendero XV, en cambio, señala hacia la oscuridad de nuestro inconsciente, de nuestros demonios interiores, de eso que conocemos como la sombra. De estos tres senderos sería precisamente el sendero de El Colgado el más capacitado para resolver la situación temida en cuestión, pues es el único capaz de detenerse, observar y decidir. Y, como experto en darle la vuelta a las cosas, nos muestra las ventajas de encontrarse en una situación de inmovilidad forzosa para ver con claridad lo que antes no éramos capaces de ver. ¿Cuántas personas han despertado tras experiencias muy duras de enfermedad, ruina o encarcelamiento?

La sefirá principal de la triada, Guevurah, no solo tiene entre sus nombres el de temor. También significa bravura, coraje, las cualidades que se requieren para afrontar los miedos. En tradiciones iniciáticas, e incluso en ceremonias tribales de paso del niño al adulto, se obliga al sujeto a vivir experiencias temibles para determinar el valor del neófito o del muchacho que esperan ingresar en un orden mayor.

El Caballero de Espadas asociado a esta triada es la viva imagen del guerrero dispuesto a luchar. Su mirada hacia la izquierda nos revela que los miedos pertenecen esencialmente al pasado, así como el palo de espadas nos habla del aspecto mental de dichos miedos. La careta de su hombro, en cambio, mira hacia la derecha, hacia el futuro hacia el que galopa. La gran espada que sujeta con la mano izquierda nos dice que no es su voluntad la que guía la acción, sino que se ve empujado a ella por fuerzas mayores. El cabello de color azul indica la gran carga emocional de este personaje, carga emocional que actúa como combustible necesario para iniciar la acción.

 Aspecto positivo: Además de cómo ingrediente necesario para determinar el valor de un sujeto, pues la valentía no es la ausencia de miedo sino la acción de afrontarlo a pesar de sentir este miedo, otro aspecto positivo sería el de mantener la simple supervivencia, evitando situaciones peligrosas e innecesarias que la ponen en peligro. La triada obraría en este caso sujetando al temerario. Por otra parte, conocer los propios miedos, los miedos interiores, nos dan la perfecta medida del lugar en que nos encontramos en nuestra evolución.

Aspecto negativo: Es tan obvio el aspecto negativo de los miedos que resultaría demasiado prolijo extenderse sobre ello. Señalar únicamente que, a causa de los miedos no trabajados, y especialmente del mayor de todos, el miedo a la muerte, muchas personas no solo no evolucionan sino que ni siquiera viven realmente. Y, paradójicamente, aquello que temes es aquello en lo que te conviertes.

Correspondencias en el mundo físico: El costado izquierdo del cuerpo, desde el hombro hasta la cadera, de frente. El estómago y el abdomen de perfil. Esta triada se encuentra ya por debajo del Velo del Templo. Hemos olvidado quiénes sómos realmente perdiendo con ello nuestra integridad esencial.

Triada de la Intuición

Sefirot: Tiferet, Hod, Yesod
Senderos: 14 La Templanza– 15 El Diablo – 19  El Sol
Letras Hebreas: נ  (Nun), ס (Samaj), ק (kuf)
Figura del Tarot: Caballero de Bastos
Triada Opuesta: Triada del Impulso


La Triada de la Intuición, a pesar de estar en el Arbol en una posición inferior, tiene un claro componente espiritual, como se refleja en el color del caballo de la figura asociada, el único de los cuatro que es blanco. Y es que la intuición nos llega siempre desde lo más profundo de nosotros mismos, como una revelación instantánea y, muchas veces, funcionando sin que seamos conscientes de ella. En este último caso nos damos cuenta, si es que nos damos, a posteriori, y nos parece sorprendente esa sabiduría que ni siquiera sospechábamos que teníamos. La vida está llena de encrucijadas que solo la intuición nos ayuda a solventar, eligiendo la que según vemos después resultó la adecuada. Esta triada es totalmente interior, pues ninguno de sus senderos tiene contacto con el exterior, lo cual subraya su subjetividad. El sendero de El Diablo canaliza la información que procede del inconsciente,  mientras que el de La Templanza se encarga de la percepción interna de cuánto está aconteciendo en el exterior. El sendero de El Sol integra la información recibida concretándola mediante sefirá de Hod, e iluminando por un instante nuestro pensamiento consciente con todo ese caudal de información. Curiosamente la letra hebrea asociada a este sendero, la ק, significa llave y parte posterior de la cabeza, y ésta es la parte que corresponde al sendero de El Loco, el primero que recibe el Rayo Relampagueante desde la sefirá de Jokmáh, y cuyo carácter pasivo y receptivo es esencial para que funcione, a un nivel más bajo, esta triada.

La figura asociada, el Caballero de Bastos, está de frente, indicando que la intuición funciona en el aquí y ahora, pero mira hacia el futuro, pues las consecuencias de seguirla o nó se manifestarán en él. El color blanco del caballo nos llevan a la sefirá de Kether, así como la forma de su sombrero, igual a la de El Mago, sendero conectado directamente al Absoluto. Y es que la chispa de la intuición se manifiesta en mundos inferiores pero procede sin duda del Nivel de Atzilut.

Aspecto positivo: Si tuviéramos que dejar cada decisión en manos del pensamiento racional sería imposible que actuáramos con la suficiente rapidez en muchas situaciones que la requieren. El pensamiento es secuencial, requiere tiempo, mientras que la intuición actúa de forma inmediata, y esto en ocasiones puede ser cuestión de vida o muerte, como muy bien saben los practicantes de artes marciales. En esta triada la intuición actúa como un catalizador de mucha información de la que no somos conscientes, pero que registramos. Y surge inesperadamente para ayudarnos a tomar un camino u otro, o para avisarnos de un peligro o, por el contrario, de una oportunidad.

Aspecto negativo: Lo único negativo es que la triada no funcione. La intuición se perturba e incluso se bloquea si la actividad mental es incesante por influencia de las triadas de Los Miedos y Los Deseos, triadas que con influyen en Tiferet y desde ahí en Yesod. De ahí que un estado de atención e incluso de alerta, estados que necesitan una mente en calma, sean tan necesarios para que se manifieste la magia de la intuición.

Correspondencias en el mundo físico: De perfil, las ingles. De frente, el estómago, el y el ombligo. El intestino grueso.

Triada de la Lógica

Sefirot: Hod, Yesod, Malkut
Senderos: 19  El Sol – 20 El JuicioEl Mundo
Letras Hebreas: ק (kuf), ר  (Resh), ת  (Tav)
Figura del Tarot: Sota de Copas
Triada Opuesta: Triada de la Iniciativa


La Triada de la Lógica, junto con su opuesta, la Triada de la Iniciativa, constituyen dos aspectos necesarios para el desenvolvimiento en el mundo, representado en la sefirá de Malkut. La diferencia esencial la marcan los senderos subjetivos que tienen contacto con el campo externo, el Sendero XVIII en el caso de la Iniciativa, y el Sendero XX en el caso de la Lógica. Y si la de la Iniciativa toma la energía necesaria de Netzaj, y la canaliza a través del Sendero XVIII, la de la Lógica recibe la influencia de Hod, que se encarga de operar con lo que le llega por el Sendero XX. En esta Triada prima la comunicación verbal, el lenguaje hablado y escrito, características del Sendero XX y su Arcano del Tarot correspondiente, El Juicio. En lógica, un juicio es un pensamiento en el que se afirma o se niega algo sobre algo. Según Aristóteles, el juicio es el "pensamiento compuesto de más de una idea, pero dotado, a la vez, de una unidad especial que se logra por medio de la cópula". El elemento básico del juicio es la relación entre los dos conceptos o términos, siendo éstos sujeto y predicado y expresándose esa relación o cópula mediante el verbo ser. Existe un paralelismo entre esta operación básica de la lógica, operación realizada por la mente concreta, y, a una escala mayor, la unión lograda en el Sendero III, La Emperatriz, entre la Sabiduría (Jokmáh) y el Entendimiento (Bináh), unión (cópula) que da como fruto el Conocimiento (Daat). La Viga de la Espiritualidad transciende la lógica de la mente concreta para quedarse únicamente con lo esencial, que no es sino la unión de los contrarios.

La figura que representa a esta Triada, la Sota de Copas, avanza hacia la izquierda, en dirección al pasado. Y es que los conceptos que constituyen el pensamiento residen en una base de datos, la memoria, que solo puede contener lo ya conocido. Porta con una mano la copa y con la otra la tapa ya preparada para cerrarla. ¿Para que no desborde si se llena o para que no entren líquidos –emociones- que no desea? Pues bajo la lógica late con toda su fuerza el mundo emocional, que ella quiere, necesita, racionalizar, como un primer intento de elevarse, de evolucionar desde la materia.

Aspecto positivo: El aspecto racional es fundamental para el desarrollo y la evolución del ser humano, e incluso para su supervivencia en sociedades complejas como la nuestra. En unión con su triada opuesta, la de la Iniciativa, define y concreta los procedimientos necesarios para llevar a cabo ésta. La operación mental básica de la lógica, relacionar elementos, es el primer paso para aprender a unirlos e integrarlos en una unidad mayor.

 Aspecto negativo: La aplicación de la lógica tiene límites que la circunscriben a operaciones de la mente concreta y a lo ya conocido, que es el pasado y la memoria, pues el pensamiento humano opera en el tiempo. Más allá no puede ir, y la tentación de negar todo aquello que está fuera de este ámbito limitado es uno de los mayores problemas que presenta un uso por exceso de esta triada. El racionalismo llevado al extremo lleva al negacionismo, que rechaza la existencia de todo aquello que se escapa del ámbito de la mente concreta. Por defecto, en cambio, tendríamos personas en exceso emotivas, que casi nunca utilizan la lógica y para las que la vida, seguramente, se convierte en un valle de lágrimas.

Correspondencias en el mundo físico: De perfil, la cadera y la pierna izquierda. De frente, los pies. En la casa, los suelos, los cimientos, las alfombras.