viernes, 21 de octubre de 2016

Los Ángeles en la Cábala


Etimológicamente la palabra ángel proviene de un traducción griega del original hebreo mal'ak םַלְאָךְ que se refiere a "la cara oculta de Dios", y su significado es “mensajero”. El término en griego es ággelos, en latín, ángelus. En Cábala los ángeles, también llamados genios, representan las energías que conectan los distintos Niveles del Arbol de la Vida, llevando mensajes que tienen una estrecha relación con su nombre, como veremos más adelante.
 Según el Zohar, la escala que Jacob vio en sus sueños, estaba formada por 72 escalones, cuya máxima altura puesta sobre los rayos del sol y de la luna, se perdía en las mansiones celestes. Este número desarrolla un papel importante en las tradiciones. Los 72 Ángeles presiden los 72 quinarios del cielo, esto es, las subdivisiones del círculo zodiacal en sectores de cinco grados cada uno (5 x 72 = 360)

El número 72 se puede obtener sumando los valores de las letras que integran el Nombre Divino tal y como se muestra en el triángulo.
Este número 72 es la pista con la que se buscarán los nombres que integran el Shem Ha Mphorash המפרש שם, el nombre completo de la divinidad.


Y para ello comienzan su búsqueda en la Toráh, como no podía ser de otro modo

Tras muchas cavilaciones encontraron que tres versículos consecutivos del Exodo 14: 19:21- estaban formados por setenta y dos letras, lo cuál no podía ser de ninguna manera una casualidad. Así que llegaron a la conclusión de que en esos versículos se encontraban escondidos los nombres de Dios. En el Sefer ha-Bahir se desvela cómo se obtienen los nombres a partir de las tres palabras que encabezan cada versículo: ויסץ (vaisá), ויבא (baiavó), ויט (vaiet). Combinando las letras comunes a estas tres palabras obtuvieron setenta y dos nombres de tres letras atribuidos a Dios.
14:19
Y el ángel de Dios, que hasta entonces andaba delante del campamento de Israel, se puso detrás de ellos, de modo que la columna de nube que iba delante se puso detrás de ellos”.
14:20
entre el campamento de los egipcios y el de Israel, y fue extremadamente oscura la noche, y no se acercó uno a otro en todo su transcurso.”

14:21
Y extendió Moisés su mano sobre el mar y el Eterno hizo soplar un fuerte viento solano toda la noche que puso el mar en seco, siendo divididas las aguas.”
Los versículos narran ni más ni menos que la apertura del Mar Rojo para el paso de los israelitas que huían de Egipto, y la presencia de un ángel que les guía a su destino: la Tierra Prometida


Los 72 Nombres Divinos


Los nombres de los ángeles o genios de la Cábala se derivarían de estos 72 nombres divinos a los que se les adicionaron dos letras: אל (El) y יה (Yah). La primer terminación al referirse a una fuerza expansiva, masculina, actúa hacia afuera en la realidad material. La segunda es femenina, introspectiva, y tiene que ver con el desarrollo de la conciencia, ó realidad interior. Por otra parte, El y Yah son los nombres divinos atribuidos a las sefirot de Jesed y Jokmáh respectivamente. Ambas sefirot están unidas por un sendero concreto, el número 5, cuya correspondencia en el Tarot es El Pontífice, siendo su significado literal “hacedor de puentes”, y efectivamente los ángeles tienden puentes entre los distintos niveles del Arbol de la Vida, como muy bien se representa en la Escala de Jacob. Tienen el poder de poner los diferentes mundos (olam) en comunicación. El Pontífice se relaciona con la devoción (su opuesto en el Arbol, el sendero 7, El Carro, tiene que ver en cambio con la obligación). Siempre hemos oído que antes es la obligación que la devoción, pero la Cábala nos enseña lo contrario (antes está el 5 que el 7), y la conexión con los mundos superiores es más importante que cualquier otra cosa, como también señaló Jesús: “Buscad el Reino de Dios y su Justicia, y todo se os dará por añadidura”. La devoción tiene que ver con los rituales y también con aquello que nos gusta y practicamos en tiempo de ocio y que para nosotros no representa un trabajo, sino un juego con el que disfrutamos. De ahí que este sendero se relacione con los niños, el juego y la alegría. Y la asociación niño-ángel es bien conocida y representada por el Angel de la Guarda, ese que según la tradición siempre nos acompaña en esta vida. Para subrayar esta asociación el sendero 5 se relaciona con el 14 (1+4), La Templanza, representada por ¡Un ángel!

Ahora bien, es en el mundo de Yetzirah, ó Angélico donde se realiza la Magia, donde las ideas se traducen en imágenes que después cristalizarán en el mundo de Assiáh, el universo material.
Cada uno de los 72 nombres tiene un significado concreto que nos informa sobre su función. Hay muchas referencias al Exodo, lo que es lógico teniendo en cuenta que se toma de un versículo de ese libro de la Toráh. El significado es claro: ayudarnos a pasar la “travesía del desierto” para llegar  a la ansiada Tierra Prometida.


01
Vehuiah
19
Leuviah
37
Aniel
55
Mebahiah
02
Jeliel
20
Pahaliah
38
Haamiah
56
Poyel
03
Sitael
21
Nelkhael
39
Rehael
57
Nemamiah
04
Elemiah
22
Yeiaiel
40
Ieiazel
58
Yeialel
05
Mahasiah
23
Melahel
41
Hahahel
59
Harahel
06
Lelahel
24
Haheuiah
42
Mikael
60
Mitzrael
07
Achaiah
25
Nithaiah
43
Veuliah
61
Umabel
08
Cahetel
26
Haaiah
44
Ylahiah
62
Iahel
09
Haziel
27
Yerathel
45
Sealiah
63
Anauel
10
Aladiah
28
Seheiah
46
Arial
64
Mehiel
11
Lauviah
29
Reiyel
47
Asaliah
65
Damabiah
12
Hahaiah
30
Omael
48
Mihael
66
Manakel
13
Iezalel
31
Lecabel
49
Vehuel
67
Eyael
14
Mebael
32
Vasariah
50
Daniel
68
Habuhiah
15
Hariel
33
Yehuiah
51
Hahasiah
69
Rochel
16
Hekamiah
34
Lehahiah
52
Imamiah
70
Jabamiah
17
Lauviah
35
Chavakiah
53
Nanael
71
Haiayel
18
Caliel
36
Menadel
54
Nithael
72
Mumiah

Sería excesivamente prolijo enunciar los significados de cada nombre, significados que pueden encontrarse, junto con un exhaustivo análisis cabalístico,  en la obra Sefer Ha Neshamáh de Jaime Villarrubia (pag. 351-377). Existe además una relación entre cada genio y las Triadas del Arbol, así como los arcanos menores del Tarot. Como ejemplo, citaré alguno de los más conocidos:
42: Mikael (מיכאל)  Significado: ¿Quién como Dios? Su nombre coincide con el Arcángel regente de la sefirá de Hod y nos recuerda que nada ni nadie puede compararse a Él, El Único Existente por Sí Mismo. Su guematria 101 apunta al concepto de cosecha, concepto que puede tomarse tanto en el sentido literal, congruente con el aspecto material y práctico de Hod, como con el metafórico de desarrollo del propio potencial, lo que nos recuerda a la parábola de los talentos. Tarot:7 de espadas. Triada de la Memoria.
54: Nithael (ניתאל) Significado: Chacal de Dios. El dios chacal, Anubis, era en el panteón de Egipto el encargado de conducir a los muertos al pesaje del corazón vigilado por Maat. Su papel es pues ayudarnos en el tránsito que separa las dos orillas, la de los vivos y la del más allá. Tarot: 4 de bastos. Triada de la Ética.

50: Daniel (דניאל) Significado: Juicio de Dios. A través de Daniel se nos pregunta sobre el grado de cumplimiento de nuestro tikún, o misión sagrada. Tarot: 2 de bastos. Triada de la Innovación.



Cómo puede verse cada ángel tiene una correspondencia tanto con el Tarot como con el Arbol de la Vida, concretamente cada Triada tiene asignado uno o más ángeles, que actúan como intermediarios en los distintos niveles en que se expresa la Triada.

Un concepto universal relacionado con este tema es el del ángel guardián o genio personal que nos sirve de guía y actúa como protector desde el nacimiento hasta la muerte. Sócrates declaraba que a él le acompañaba siempre un dáimon (δαίμων) independiente de su ser, con poderes sobrenaturales. Decía que escuchaba la voz del dáimon en su interior, lo que le permitía ponerse en contacto con él, Se dejaba orientar por el dáimon, al que llama “voz profética dentro de mí, proveniente de un poder superior”, o también “señal de Dios”, la cual, después de advertirle nunca le decía lo que debía hacer ni le presionaba, y sostenía que todos los seres humanos poseemos un dáimon interior. De hecho el término griego Agathodaimon, representa en la mitología helena a un dáimon benefactor que acompaña durante toda la vida a las personas y se manifiesta cuando es necesario, concepto que el cristianismo asimiló en su idea del “ángel de la guarda”. Paradójicamente la palabra dáimon es el origen del término demonio asociado a los ángeles malos del cristianismo. Esta dualidad entre ángeles buenos y malos es sin duda herencia del zoroastrismo en la religión judía. Los persas también tenían el concepto de ángel guardián personal, el Fravashi, que está siempre delante de Ahura Mazda, el Creador no creado, la divinidad suprema del zoroastrismo. Angel guardián, dáimon, fravashi o quizá Yo Superior, la necesidad de escuchar nuestro corazón, sentimiento, intuición, alma… es fundamental para nuestra evolución, pues su mensaje siempre es acertado y nos sirve de guía, una guía personal, pues no todos venimos a hacer lo mismo en este mundo. Esa voz interna, pues realmente se “escucha”, es tu verdadero Maestro, jamás se equivoca aunque muchas veces no la oigamos o quizá no se manifieste. Y entonces nos dejemos conducir por otras mil voces, de las religiones, de los estados y de otros maestros.