“La
misión del alma en esta vida es recordar”
(Ken Wilber,
El Proyecto Atman)


En El Zohar se encuentra una idea revolucionaria sobre la expulsión del Paraíso. No fue Dios quien expulsó a Adán y Eva, sino que fueron ellos quienes expulsaron a Dios del Jardín del Edén. De forma que estamos en el Paraíso, pero no lo sentimos así, porque hemos perdido la conexión con Dios.
A partir de esta teoría y considerando que cada vida
humana tiene el propósito indicado, lo sepa el hombre o no, y teniendo en
cuenta también que las sucesivas reencarnaciones conllevan una serie de
tendencias que se van consolidando, tanto en positivo como en negativo, lo que
en Oriente denominan samskaras, Jaime Villarrubia
considera que el Arbol de la Vida personal es, por una parte, un “mapa de samskaras”
que nos describe de modo exhaustivo, y por otra parte un “programa de vida” que
nos permite investigar nuestro tikún y nos facilita su cumplimiento.
Personalmente, me gusta considerar que en él se encuentran muy bien representados dos de los más sabios aforismos griegos:
El primero está claro cuando comprendemos nuestro mapa de
tendencias, muchas de ellas inconscientes. Y el segundo –que habla del
equilibrio- es fundamental para el flujo correcto de energía en nuestro Arbol y
en nuestra vida, pues sea cual sea nuestro Arbol personal, hay una ley para que
cualquier persona pueda acometer su cumplimiento con éxito, y es no caer en los
excesos que presenta cada uno de los 22 senderos subjetivos. Y hablando de
senderos subjetivos, es el sendero XIV, LaTemplanza, el que mejor representa estas dos claves: Personalmente, me gusta considerar que en él se encuentran muy bien representados dos de los más sabios aforismos griegos:
![]() |
![]() |
Conócete a
ti mismo γνῶθι
σεαυτόν
El Sendero 14
une Yesod -la personalidad, el ego, el yo inferior- con
Tiferet,
la individualidad, el Yo Superior, indicando que uno no se conoce en absoluto
si se queda en el ego. A este respecto hay que considerar el origen de la
palabra personalidad, que viene del
latín “per sonare”, la máscara que para sonar se ponían los actores de
teatro. Está claro que una cosa es el actor –el individuo- y otra el personaje
que interpreta, -la personalidad-. Y ya
sabemos lo que pasa con los actores que se identifican con sus personajes…
Nada en
demasía μηδὲν ἄγαν
La carta del tarot que corresponde a este sendero, La Templanza, ya lo dice todo. El Angel
mezcla –templa- el líquido de dos vasijas, una roja y otra azul, como las
esferas de Misericordia, Jesed, y Rigor, Guevuráh. Esto es un
símbolo que nos invita a no caer en los extremos. Por otra parte el lugar que
ocupa en el Arbol es justamente en medio del Pilar Central.
Y ¿Cúales son los datos que necesitamos para poder
levantar este Arbol personal? Sabemos que una carta astral se fundamenta en los
datos referentes al tiempo: fecha y hora de nacimiento, y al lugar de
éste. Pues bien, el Arbol de la Vida
personal se fundamenta en dos elementos: el Nombre y el Tiempo. El tiempo hace referencia a la fecha de
nacimiento. El nombre es el nombre
completo de la persona, nombre-s de pila y apellidos paterno y materno. Más que
el lugar donde uno nace, el linaje familiar determina, tanto genéticamente como
por educación, a un individuo concreto. En conclusión, la hipótesis de trabajo
de Jaime Villarrubia es la
siguiente:
“En
el nombre y el tiempo de una persona está contenida toda la información que la
describe”.
(Sefer Ha Neshama)
La importancia del nombre en la Cábala se pone de manifiesto cuando sabemos que el término que
designa en hebreo a un objeto, y dicho objeto designado, es el mismo: דבר (dabar). Por otra parte, el objeto
designado es impermanente en mayor o menor grado, mientras que el nombre que lo
designa permanece, al menos durante tanto tiempo como ese idioma persista. Umberto Eco recoge esta idea en su
famosa novela: “El nombre de la rosa”,
cuando termina diciendo:
“Stat rosa
prístina nomine, nomina nuda tenemus”
(Todo lo que queda de la prístina rosa es su nombre)
En cuanto al tiempo, éste no aparece en el Arbol de la
Vida hasta la esfera de Bináh. Esta sefirá se conoce también
como Imma, Madre. La Madre Divina
necesita del tiempo para gestar y parir toda la creación. Y es el nombre de
esta esfera יהוה, el
Shem, quien nos muestra su relación
con el tiempo, pues YHVH es una variación de la raíz hebrea que significa ser.
Era היה (Hayáh) En tiempo pasado
Es הוה (Havéh) En tiempo presente
Será יהיה (Ihyéh)
En tiempo futuro
Recordemos que el nombre de la esfera de Kether es היה (Ehié), "Yo Soy". Es decir; el "Uno que Es" en presente, fuera del tiempo,
Eterno por tanto.
Con estos datos, nombre y fecha de nacimiento, por tanto se levanta el Arbol personal
utilizando un procedimiento similar al de un programa informático, en el
sentido de que los valores numéricos de cada letra o dígito se combinan con
unas reglas precisas para acabar produciendo un resultado concreto, que sería
el mismo fuera quien fuese el que lo ejecutara, de ahí que se llame Programa de Vida, pues, aunque resulte
difícil de aceptar, la exactitud del método nos lleva a considerar el
determinismo absoluto del resultado. No somos un papel en blanco, traemos las instrucciones ya escritas. Y esto es
perfectamente lógico si admitimos que hemos vivido muchas vidas, con toda la
carga y también con todo el aprendizaje que eso conlleva.
![]() |
Ejemplo de un Arbol personal |
El Arbol de la Vida personal nos muestra cúales son
nuestros puntos débiles y cúales son nuestras maestrías, y, sobre todo, qué
venimos a trabajarnos en esta vida, en dónde hemos de poner el acento, pues no
todos venimos a hacer lo mismo, ni mucho menos, y por ello nuestras aptitudes
son distintas, como lo son nuestras limitaciones. El resultado del profundo
conocimiento de nosotros mismos que conlleva el Arbol nativo es la autoaceptación, la valoración propia y
la verdadera autoestima, que no se
basa en la comparación con otros de nuestro cuerpo y personalidad, sino en
saber quienes somos más allá de la forma actual. Y, a partir de este
conocimiento de nosotros mismos, el conocimiento del propósito de nuestra alma en esta encarnación, nuestra misión actual, nuestro tikún, o en otras palabras el juego que tenemos que jugar en esta vida.
Una vez levantado el Arbol personal a partir de los datos
indicados, se procede a la interpretación según las líneas que aparecen en cada
sendero, las cargas relativas de cada esfera, las posibles configuraciones
energéticas, las triadas principales etc. Todo ello requiere naturalmente unos
conocimientos previos, conocimientos, tanto del modo de levantar el Arbol como
de su interpretación que se recogen en el libro Sefer Ha Neshama de Jaime Villarrubia. Si el Arbol se levanta para
otra persona es preciso tener con ella una sesión presencial, jamás a distancia
por correo o cualquier sistema virtual, ya que se trata de una demanda no del
ego sino del ser, y lógicamente éste debe estar presente para escuchar el relato completo de su Arbol,
y hacer preguntas si lo desea. La sesión se graba para ser entregada al sujeto,
junto con su propio Arbol y material explicativo sobre éste. A partir de aquí,
el trabajo ya es de cada uno, íntimo, personal e intransferible. Lo que si
puedo afirmar con seguridad es que los resultados son extraordinarios si nos
tomamos en serio esta información, que entonces marca un antes y un después en
nuestra vida.
